Es necesario que haga un me a culpa y reconozca que quizás me excedí en la cantidad de franqueza y cariño. Que a pesar de cuidarme tanto con todas las personas en este caso en particular derribe todas las barreras yo sola, y eso es lo que me hace sentir tan frágil ahora que él anuncia entre líneas que se va, y que yo leo también entre líneas que quizás no vuelva, al menos en mucho tiempo. No sé que esperaba vivir / La vida antes era maravillosa /Que tanto se puede elegir / el destino no es una de esas cosas / tú y yo éramos como un mismo ser /esta vez decidirás tu vida y yo también…
Si esto fuera un viaje estaría más tranquila por que la distancia geográfica es totalmente vencible, pero esto en realidad es un cambio en el eje de su vida, es un tipo de distancia no geográfica; un grupo de decisiones radicales de un hombre cansado, donde mis paradas simplemente no coinciden. Está bien, en el fondo sabíamos que en algún momento tenía que pasar, sólo que creí que podía ser en un par de décadas más. Pareciese que hablara de un loco amor de juventud, pero es un poco mejor que eso, hablo de mi mejor amigo, de mi alma gemela, mi medio pomelo. Ese que llamé llorando cuando no pude de la angustia de un no amor, ese a quien le conté que era amante de un profesor, y que me advirtió que me alejará antes de que me gustará más de lo que me gustó –él tenía razón-. El mismo que me alegraba con cosas pequeñitas, me molestaba con chistes machistas que no le soportaría a nadie más que él, con el que pelábamos músicos y escritores, y que comprendía extrañamente cada cosa que quería o no decir. Yo por mi parte, soy esa que le cubría la espalda en cada aventurilla, la que llamó saltando en una pata para contarle que sería papá y destrozado por la pena de haber perdido a su hermano, la testiga del amor de su vida que le costó canas y llanto, la mujer con la cual hablaba de grandes culos y fetiches, o a la que le daba besos en la frente en cualquier plaza, o le cantaba las canciones que tontamente le pedía para memorizar, a la que le leía poemas, y con la que aprendía colores para el absurdos, como el azul rey, que es diferente del azul magenta, o el azul marino …No sé que esperaba de ti / Al final no somos tan diferentes / De qué crees que quieres huir / Tal vez soy la única que te entiende / Créeme que, solo te quería proteger / Pues tal vez la vida es veneno con miel…
Ni yo soy su mina, ni él es mi mino, era algo mejor que eso, sin el finito amor de pareja, sino con ese potente amor de los compadres borrachos –aunque él nunca bebe-
Este año que pensé que me había quitado bastante, y no pudo olvidar el muy desgraciado a mi mejor amigo; dio vueltas los relojes, para que así por primera vez en cinco años, no nos veamos hace dos meses, y ayer en una solicitud de vernos un día en particular, él me informa de la nada, que esto es hasta el otro año. No entendía nada, que el trabajo, la familia, el bla, bla, bla, muchas cosas que no entiendo, pero que intento no ser egoísta y respetarlo. […Quien te ha tendido una trampa tan dulce / Que ya no quieres regresar / Quien me ha robado el cariño que antes me dabas / Y no existe mas, deja el mundo vuelve ya / Deja todo vuelve ya / Miel con veneno…] Me duele mucho, lamentablemente soy de esas personas que necesita ver a quienes quieren, soy de esas cursis que cuando quieren, quieren de corazón completo partidista extremista, aunque sea poco glamoroso, y no lo cubra ni un seguro. Y bueno, este leso consiguió lo que pocos a punta de mimos, gestos, y chistes, de esta medio gata pesada, a veces habladora, a veces demasiado callada, bruta, y escapista mujer que cuando se encontraron por primera vez estaba hecha mil pedazos y ni siquiera recuerda lo que hablaron. Quizás otra vez esté siendo una Drama Queen, una intensa, como él mismo me describe, pero soy así y no puedo evitarlo. Esto me duele por que lo quiero más que a mucha gente junta, por que me agarraría a combos con quien fuera, y hasta vería un partido de fútbol completo por él, y porque en el fondo el sacó a una niña que se quedó esperándolo solita en los columpios de la playa. No alcancé a contarle muchas cosas esperando vernos una tarde de estas, y la verdad es que con los planes que tengo en mi cabeza me temo que el próximo tampoco será nuestro año, tampoco le he podido contar a mi mejor amigo mis planes. Muchos dirán que eso depende sólo de nosotros. Bueno eso mismo decía yo, pero últimamente no lo sé. Sé que el cariño no se desvanece, que seguramente lo seguiré queriendo aunque no lo vea en 7 años bisiestos, pero preferiría no esperar tanto para demostrarlo. Con este grito me despido aceptando las decisiones que me son ajenas a pesar de la cercanía, que aunque esté en contra respeto. Creo que eso es lo que uno hace cuando quiere de verdad a alguien, lo respeta y deja ser, aunque a uno le duela, y ¡uf! como duele. Preferiría un poco menos de aprendizaje empírico en estas cosas.
Poner PLAY y re leer.